Las expectativas positivas del entorno económico a largo plazo, se consolidaron gracias al impulso de optimismo de los mercados internacionales sobre la velocidad de la recuperación económica. Esta perspectiva se esparce a nivel global motivada principalmente por el panorama de EE.UU apoyado por la aprobación del estímulo fiscal (USD 1,9 billones), el posible proyecto de ley de gasto en infraestructura (USD 2,9 billones) y la aceleración en la distribución de las vacunas contra el COVID-19. En efecto, las curvas de rendimiento globales de los activos de renta fija experimentaron mayores empinamientos, los índices accionarios retornaron el rally y el dólar se fortaleció frente al resto de monedas.

Con esto, la volatilidad retornó al peso colombiano tras llegar nuevamente a niveles por encima de la barrera de COP 3.700, lo cual no sucedía desde noviembre de 2020. Considerando el aún incierto panorama fiscal de Colombia a la espera del desenlace de la reforma tributaria y los riesgos latentes adheridos a las terceras olas de COVID-19 que podrían afectar principalmente a las economías latinoamericanas; decidimos mantener nuestra postura de hace ya unos meses donde aumentamos la posición respecto al dólar como cobertura del portafolio (Ver Estrategias de Inversión | El desafío de los portafolios 60/40) previendo momentos de alta volatilidad como los evidenciados en los últimos meses.